La ciberseguridad la podemos definir como ese proceso de protección y recuperación, de cualquier infraestructura digital ante un ataque malicioso.
Cada día, los ciberataques son más sofisticados y las tácticas son cada vez más resistentes a la ciberseguridad convencional, lo que nos confirma que los delincuentes están cambiando sus objetivos, sus métodos de ataque y la manera en que afectan a las organizaciones.
Se calcula que hay un ataque cada 14 segundos y cada vez que ocurre, millones de personas pueden resultar dañadas. ¡Los ciberataques están aumentando!
En Tibox te entregamos algunos consejos para mejorar la ciberseguridad para tu empresa y te aseguramos que, aunque algunos requieran inversión inicial, enseguida la amortizarás.
- Instalar un Firewall y un software antimalware: La primera línea de defensa en un ciberataque es el firewall. El “muro de fuego” es una barrera poderosa entre la información y los ciberdelincuentes. Además del firewall externo, las organizaciones hoy también instalan firewalls internos para contar con protección adicional. Por otro lado, el teletrabajo también ha generado la necesidad de instalar firewall en la red doméstica de cada uno de los empleados que trabajan desde casa. Por las mismas razones, la instalación de software antimalware se hace obligatoria. Los ataques de phishing crecen todos los días, y los empleados no siempre están alerta para no abrir enlaces de riesgo que aparecen en un mail.
- Realizar copias de seguridad con regularidad: Hacer copias de seguridad de los documentos de procesamiento de texto, hojas de cálculo, bases de datos, archivos financieros, archivos de recursos humanos y archivos contables, es sin duda una de las mejores prácticas de ciberseguridad. Del mismo modo, es importante asegurar que las copias se almacenan en lugar separado, para prevenir en caso de incendio, inundación o robo, por ejemplo.
- Preservar la seguridad física de los equipos: La seguridad física es tan importante como la seguridad técnica. Esto es aun más importante bajo las condiciones impuestas por la nueva normalidad. La seguridad física comienza por un análisis técnico del equipo, mantenciones y actualizaciones correspondientes.
- Implementar protocolos de seguridad para empleados móviles: Muchos empleados corporativos deben acceder a redes públicas no seguras mientras viajan a causa de su trabajo. Sacrificar la seguridad por conveniencia es inaceptable en el mundo organizacional moderno. Este tipo de empleados, usualmente del área comercial, corren muchos riesgos. Diseñar e implementar protocolos de seguridad para el acceso a la red corporativa desde lugares remotos reducirá la brecha de seguridad que implica la fuerza laboral fuera de la oficina.
- Establecer un método para la creación de contraseñas: En una organización se utilizan muchas contraseñas. Un solo empleado puede tener a su cargo diez credenciales de acceso diferentes. Es fácil ceder a la tentación de utilizar la misma para todo, o anotar las claves de acceso en un post-its que se adhieren a la pantalla del ordenador. Crear una política al respecto que sea conocida, comprendida y aceptada por todos los empleados es un primer paso. En este sentido, también se puede optar por utilizar alguna aplicación que se ocupe de generar contraseñas seguras y que además obligue a cambiarlas periódicamente.
- Asignar un rol dedicado a las amenazas internas: Las amenazas internas son especialmente críticas para la seguridad de la información. Tener empleados con acceso a datos implica un riesgo. Un riesgo inevitable, pero que debe ser tratado. La creación de un programa de amenazas internas es esencial para las organizaciones que trabajan con datos confidenciales. Con él se protege esa información junto con la reputación de la marca. Por eso, la labor debe ser una responsabilidad asignada a un profesional en el área que reporte directamente a la alta dirección. Esta incluye desarrollar políticas para cada área y obtener el compromiso de los directores de cada una de ellas.
- Implementar programas de formación sobre seguridad de la información: Más que implementar las mejores prácticas de ciberseguridad, estas deben inculcarse a los empleados mediante programas de formación que cumplan tal propósito. Los empleados son la primera línea de defensa contra el ciberdelito. Por eso, es importante estar atentos a sus necesidades de formación para desarrollar todas las habilidades y conocimientos necesarios para proteger a la organización.
- Monitorear la ciberseguridad constantemente: Es súper importante tener una visión general sobre todo lo que está pasando en el sistema con un monitoreo constante y sistemático. En este sentido, pueden definir ciertas métricas que puedan hacer una evaluación de la ciberseguridad de la compañía.
Si de algo nos ha servido la crisis del último tiempo ha sido para evidenciar, aún más, que la tecnología es fundamental para la sociedad de hoy en día. Pero sobre todo ha dejado claro que esta digitalización generalizada tiene que ir de la mano de la ciberseguridad para poder sobrevivir.
Porque no hay transformación digital sin ciberseguridad.